dimecres, 13 de febrer del 2013

Atila



Nos preguntamos qué nos está pasando, hasta dónde se pretende llegar, qué es lo que ha generado tanta barbarie. La respuesta, para la mayoría de los gobiernos, es simple: «la crisis», «las medidas de austeridad», «el obligado cumplimiento de lo que nos impone Europa, el Banco Mundial y su férreo control»... y nos preguntamos si en realidad es simple o simplista. 

Cuanto más se ahonda en este marasmo de destrucción de la conquista social de lo público, del bien colectivo, más y más se evidencia que quien ha provocado la crisis es el nuevo Atila, pues su proceder reproduce el del mítico devastador, feroz, salvaje, desleal, dominador de emperadores con extrema crueldad y apasionado por el oro. 

El nuevo Atila, a diferencia del siglo V, no tiene rostro, su arma es la de penetrar en toda y cada una de instancias de poder, es sutil pero implacable, es conocido por el nombre de neoliberalismo o liberalismo a ultranza. Al igual que Atila, el neoliberalismo un día será vencido. Tenemos ejemplos como el de Islandia, en el cual la voluntad común de la sociedad y su gobierno lo han eliminado en poco tiempo, lo que nos ha permitido conocer dos cuestiones relevantes: la democracia y la inversión pública son sus peores enemigos. A pequeña escala, es lo que en España se está produciendo en las cuatro Autonomías que aguantan tanto como pueden el vendaval en el que se está inmerso, lo tienen difícil pero lo intentan y necesitan –como en Islandia– que la sociedad tome consciencia y sea cómplice de su labor, a favor de lo público también para los más pequeños.

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